Inconmensurable

November 11, 2010

–Está todo bien –le dijo.

–Entonces… Todo está bien –respondió, tratando de contener el temblor de sus brazos, manos y labios, quién sabe si por nervios, pues la desarman ese tipo de conversaciones aunque no sea susto, sino más bien como un encantamiento por la honestidad. Pero pudo ser también el frío repentino de la ciudad a la noche, que de pronto se había convertido en un desafío para los científicos encargados de predecir el clima.

Fumó más de lo habitual, hace ya bastante que había dejado de hacerlo, pero hay días, como aquél, en que lo destructivo pasa a convertirse en complemento de eso que la reconforta. Da igual amanecer al día siguiente con la garganta gruesa y áspera, y con ese saborcito a cartón viejo. Da igual.

Luego de una noche así, la mañana se comporta distinta, suena incluso diferente, despilfarra un aroma embriagador… Cuando está todo bien, la mañana y todas las cosas son las mismas pero inmensas, descomunalmente bellas.

 

[Imagen:
• Patricia Metola •
http://tipika.blogspot.com/]

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